martes, 30 de abril de 2013

10º Aniversario Fallecimiento Padre Miguel Bessone

En 2011, el exalumno Sergio Luna escribió una expresiva semblanza del Padre Bessone, su personalidad y su extraordinaria misión durante las décadas del ’50 y ‘60. Extraemos algunos párrafos: Un sacerdote grande de verdad; sin menospreciar a ningún otro de los docentes religiosos que pasaron por el Colegio. Porque el Padre Bessone supo interpretar a nuestro Patrono San Juan Bosco con notable sabiduría y rectitud, con sabias palabras, con amor, ocurrencias, ingenio e ideas, que servían de atractivo e interés a los niños y conquistaban a los jóvenes. Para integrarnos al Colegio y evitar la vagancia, para que no estuviéramos expuestos en la calle a cualquier riesgo durante el período de vacaciones, educándonos y formándonos como ciudadanos honestos y responsables, y como buenos cristianos perseverantes en la fe en Dios. Sin castigos ni golpes, sino simplemente con el consejo y el buen ejemplo; en orden, con respeto y disciplina hacia los superiores, nuestros mayores y nuestros compañeros. Todo con alegría, a través de juegos, inventivas y distracciones que nos comprometían a los chicos a superarnos y a ser cada vez mejores. 

El Padre Bessone, además de ser un hombre de gran talla, tenía dibujada en su rostro siempre, pero siempre, una amplia sonrisa; o sea que, al observarlo, ya sabíamos que él también era feliz al ver a sus niños contentos.

Entre los divertimientos que nos daba, organizaba partidos de fútbol entre pupilos, medio pupilos, externos y oratorianos, que se disputaban especialmente en el patio mayor. Para el comienzo de cada match, él montaba una especie de tribuna en el pórtico occidental (del lado del mástil) y, con un megáfono o un micrófono con parlantes que se hacía fabricar con el Padre Miller, nos relataba los partidos al mejor estilo de Fioravanti o José María Muñoz o Bernardino Veiga, y nosotros nos sentíamos como si estuviéramos verdaderamente en un gran estadio. Y claro: ¡si estábamos en el mejor de los estadios, en nuestra casa, el Colegio, disfrutando del mejor fútbol! Obviamente, no faltaban los reportajes y las entrevistas.

Por otro lado, el Padre nos armaba torneos para que participáramos en los distintos juegos de mesa (ajedrez, dama, ludo, dominó, ping pong, carambola); hasta que un día nos inventó la famosa ‘pelota voladora’, un juego que nos enloquecía a todos, porque nos pasábamos horas esperando que llegue nuestro turno para participar del juego… 

Ya en esa época estaban de moda en Europa las grandes competencias en bicicletas que la prensa llamaba ‘Giro de los Alpes suizos’, ‘Giro de Italia’, ‘Giro de Francia’... Entonces el Padre Bessone organizaba para sus chicos, en un fin de semana, una bicicleteada que a él se le ocurría denominar ‘Giro al templete de San Cayetano’, ‘Giro al Monumento 20 de febrero’, ‘Giro al Monumento al Gral. Güemes’, ‘Giro al centro de la ciudad’… Antes de partir la caravana, él comprobaba que cada chico portara un silbato, y él el suyo; impartía los códigos y reglas a cumplir durante el recorrido. Él se ubicaba ya sea encabezando el lote o al medio del pelotón o bien al final del mismo; revisaba si en las horquillas delanteras de cada rodado estaban bien sujetos globitos o pedazos de gomas, que al iniciar la marcha hacían ruido; además de atar en ambas ruedas pedazos de cubiertas rotas de trecho en trecho, para que cuando se desplazara el velocípedo diera la impresión como si subiera o bajar. Lo cierto es que en los vecinos que veían pasar a este grupo de chicos por las calles de la ciudad (por entonces se podía) con el Padre Bessone y su sotana al viento, se despertaba el comentario y las exclamaciones y, cuándo no, los aplausos: ‘¡Esos son los chicos del Salesiano!’. 

Para las fiestas carnavaleras, con diarios viejos que le llevábamos, más los papeles en desuso que nos proveía la imprenta del Colegio, el Padre Bessone nos hacía armar caretones con narices y orejas prominentes como cualquier extraterrestre. También entonces, cuando nos colocábamos esos cabezones de papel y cartón, la gente exclamaba: ‘¡Esos son los chicos del Salesiano’, ‘¡Esas son las ocurrencias del Padre Bessone!’. O sea que todos esos niños de aquellos años, hoy padres de familia, abuelos y hasta bisabuelos, lo recordamos con mucho cariño. 

También recordamos cuando al Padre se le ocurrió armar un carro con un triciclo, que forró con lienzos y papeles, bautizándolo a su invento como ‘La Vaca Bar’, que cargaba con sándwiches, golosinas, recorriendo patios y pórticos del colegio para todos los que tuvieran interés en dicha mercadería. Y así, nuestras familias, vecinos y amigos fueron testigos y supieron de la grandeza de este sacerdote al frente de esta muchedumbre de chicos.

Querido Padre Bessone: Uno de aquellos ‘cabezas de chorlito’, como Ud nos llamaba, hoy le dice: ¡Gracias, Padre! Que Dios lo tenga en su santa Gloria, porque somos muchos los que lo recordaremos con amor y cariño mientras vivamos.

















sábado, 27 de abril de 2013

5to. Aniversario Comunidad Juvenil Don Bosco de Jujuy

El sábado 27 de Abril compartimos con los jóvenes de la Comunidad Juvenil Don Bosco de Jujuy el festejo por el 5to. Aniversario de su creación.

A partir de hs. 18:30 todos los integrantes de la comunidad participaron de una Santa Misa en la capilla Nuestra Señora de Luján ubicada en la villa que lleva el mismo nombre en la ciudad de San Salvador de Jujuy, luego se realizó una cena en la casa de uno de los integrantes de la comunidad.