AGUINALDO 2015
COMO DON BOSCO, ¡CON
LOS JÓVENES, PARA LOS JÓVENES!
Llegado este mes de junio, final
de las tareas educativas-escolares en un hemisferio, se me pide, como ha acontecido anteriormente,
que dé un adelanto o boceto de lo que será el Aguinaldo del 2015, que
naturalmente vendrá desarrollado y profundizado en una carta circular a final
de este año 2014. Con gusto hago este adelanto, en el deseo de que pueda servir
en toda la Familia Salesiana como lo que pretende ser: tan sólo un adelanto o
indicación de lo que se entregará en su día a nuestras Hermanas las Hijas de
María Auxiliadora, como viene siendo tradición, y a toda la Familia Salesiana.
El esquema de este boceto es el
siguiente:
1. Una Hermosa herencia espiritual.
2. El Aguinaldo como Palabra de UNIDAD para toda la Familia Salesiana.
3. Como Don Bosco: desde su corazón pastoral y
opción educativa, envueltos en la Trama de Dios.
4. Un carisma, el salesiano, al servicio de la
comunión evangelizadora.
5. ¡Con los jóvenes, para los jóvenes!,
especialmente los más pobres.
6. En el bicentenario del nacimiento de Don
Bosco.
7. Con María, la más insigne colaboradora del
Espíritu Santo.
1.
UNA HERMOSA HERENCIA ESPIRITUAL
Califico de ‘hermosa herencia espiritual’ nuestra tradición familiar del
Aguinaldo (Strenna) porque ha sido algo que siempre ha estado muy en el corazón
de Don Bosco. Los primeros mensajes –a modo de aguinaldo- que están recogidos
en nuestra tradición se remontan a la década del 1850. En las Memorias
Biográficas[1]
leemos que una estrategia de don Bosco era la de escribir, de cuando en cuando,
un papelito haciéndolo llegar a quien quería darle un consejo. Algunos de ellos
fueron conservados y son mensajes muy personales que invitan a una buena
acción, o a remediar algo que no va bien; pero además de esto, desde los
primeros años en el Oratorio, Don Bosco había comenzado a entregar, hacia el
final del año, un aguinaldo a todos sus jóvenes en general y otro a cada uno en
particular. El primero, el general, solía consistir en indicar algunos
procedimientos y aspectos a tener en cuenta para la buena marcha del año que estaba por comenzar. Y casi cada año Don
Bosco continuó dando tales aguinaldos.
El último aguinaldo llega, a su vez, en
una circunstancia muy especial y última para Don Bosco y para sus hijos. Lo encontramos
también en las Memorias Biográficas[2].
Sintiendo Don Bosco que llegaba el momento final, hizo llamar a Don Rua y a
Mons. Cagliero, y con las pocas fuerzas que le quedaban les dio unas últimas
recomendaciones para ellos y para todos los salesianos. Bendijo las casas de
América y a muchos de los hermanos que en esas tierras estaban, bendijo a todos
los cooperadores italianos y a sus familias y, finalmente, les pidió que le
prometieran que se amarían como
hermanos…, y que recomendaran la frecuente comunión y la devoción a María
Santísima Auxiliadora.
Recogiendo estas
palabras de Don Bosco, Don Rua describe en su tercera circular ese momento y
esas palabras, y añade que “ésta podría
servir como Aguinaldo del nuevo año para enviar a todas las casas salesianas.
Deseó que fuese para toda la vida y dio su aprobación para que sirviese
realmente como aguinaldo para el nuevo año”[3].
2.
EL AGUINALDO COMO PALABRA DE UNIDAD PARA TODA LA FAMILIA SALESIANA
Nuestra Familia Salesiana se
distingue y caracteriza por ser, en primer lugar, una familia carismática[4] en
la que el Primado de Dios-Comunión es el corazón de la mística salesiana.
En tal comunión reconocemos la diversidad, y al mismo tiempo la unidad que tiene su fuente en la
consagración bautismal, en el compartir el Espíritu de Don Bosco y en la
participación de la misión salesiana al servicio de los jóvenes, y
especialmente los más pobres[5].
Por eso en cada Aguinaldo
subrayamos este aspecto de la comunión que es prioritario en nuestra
Familia. En la medida en que el mismo aguinaldo pueda ayudar a las
programaciones pastorales de las diversas ramas y grupos, es bienvenido, pero su finalidad no es ésta, no es la de
llegar a ser un programa de pastoral para el año, sino más bien ser un mensaje
creador de unidad y comunión para toda nuestra Familia Salesiana, en un
objetivo común.
3.
COMO DON BOSCO: DESDE SU CORAZÓN PASTORAL Y SU ACCIÓN EDUCATIVA, ENVUELTOS EN LA TRAMA DE DIOS.
El corazón del Señor Jesús, Buen
Pastor, marca todo nuestro hacer pastoral y es referencia esencial para
nosotros. Al mismo tiempo, la concreción, ‘al
modo salesiano’ la encontramos en Don Bosco, plasmado en el singular
espíritu de Valdocco, o en lo propio de Mornese, o en lo que de más propio
tienen todos los grupos de nuestra Familia Salesiana, pero sabemos que el punto
de confluencia primero y para todos
es el carisma de Don Bosco suscitado por el Espíritu Santo, para bien de la
Iglesia. Es esto que llamamos carisma
salesiano y que nos abraza y acoge a todos, a todas.
En
Don Bosco la feliz expresión (que fue programa de vida), “me basta que seáis
jóvenes para que os Ame”, “fue la palabra y, todavía es hoy la opción educativa
fundamental” por excelencia[6].
Y bien sabemos que por sus niños y jóvenes Don Bosco desarrolló una grandísima
actividad con palabras, con acciones educativas, con presencia, con escritos,
con asociaciones o compañías, con viajes, con encuentros con todo tipo de
autoridades y con el mismo Papa…. “por ellos, sobre todo, manifestó una
atención muy cuidada, dirigida a sus personas, a fin de que en su amor de padre
los jóvenes pudiesen acoger el signo de un amor más alto”[7].
Esta misma inquietud lo llevó,
con los mismos criterios y con el mismo espíritu, a buscar una solución de los
problemas de las jóvenes, con la cercanía de la Cofundadora María D. Mazzarello
y el grupo de mujeres jóvenes unidas a ella y dedicadas, en el ámbito
parroquial, a la formación cristiana de las chicas.
Su corazón pastoral lo llevó, de
igual manera a contar con otros colaboradores, hombres y mujeres, “ ‘Consagrados’
con votos estables, ‘cooperadores’ asociados en el compartir los ideales
pedagógicos y apostólicos”[8].
A esto se suma su condición de ser el gran promotor de una especial devoción a
María Auxilio de los Cristianos y Madre de la Iglesia, y su cuidado y afecto
permanente por sus exalumnos.
Y en el centro de todo este
hacer y de su visión está, como verdadero motivo de su fuerza personal, la ‘caridad pastoral’. Esa caridad pastoral que para Don Bosco,
precisamente por sentirse envuelto en la
Trama de Dios, significaba amar al joven, cualquiera que fuese su estado o
situación, para llevarlo a la plenitud de ese ser humano, plenamente humano que
se ha manifestado en el Señor Jesús, y que se concretaba en la posibilidad de
vivir como honrado ciudadano y como hijo de Dios.
Y esta es la clave de nuestro
ser, vivir y actuar el carisma salesiano. Si llegamos a sentir en las propias entrañas, en lo más profundo de cada
uno, de cada una, de nosotros, ese fuego, esa pasión educativa que llevaba a
Don Bosco a encontrarse con cada joven en el tú a tú, creyendo en él, creyendo
que en cada uno siempre hay semilla de bondad y de Reino, para ayudarlos a dar
lo mejor de sí mismos y acercarlos al encuentro del Señor Jesús, estaremos sin
duda, a nuestra manera y según nuestras posibilidades, haciendo vida lo más
bello de este carisma salesiano.
4.
UN CARISMA, el Salesiano, “AL
SERVICIO DE LA COMUNIÓN EVANGELIZADORA” (EG, nº130)
Han sido ya muchas las veces que
he dicho, tanto en momentos de familia, como otros más públicos, que el carisma
salesiano no es propiedad nuestra, ni de los salesianos, y ni siquiera de la
Familia Salesiana toda.
Esta convicción profunda y de
tanta claridad la expresa el Papa Francisco
en la Evangelii Gaudium cuando dice que el Espíritu Santo enriquece a
toda la Iglesia en su misión evangelizadora con distintos carismas que “son
dones para renovar y edificar la Iglesia. No un patrimonio cerrado, entregado a
un grupo para que lo custodie, más bien
son regalos del Espíritu integrados en el cuerpo eclesial….. y en la medida en
que un carisma dirija mejor su mirada al corazón del Evangelio, más eclesial
será su ejercicio, y en la comunión, aunque duela será donde ese carisma se
vuelva auténtica y misteriosamente fecundo”[9].
Creo verdaderamente que el carisma salesiano es ciertamente uno de esos dones con los que
el Espíritu Santo ha enriquecido a la Iglesia para que con la mirada certera en
la esencia del Evangelio, y desde la comunión eclesial primero e interna a la
familia salesiana después, podamos ser un precioso regalo para los jóvenes.
De ahí que Evangelio,
corazón pastoral por los jóvenes, y comunión, sean garantía de Identidad y
Fidelidad para nosotros, Familia de Don Bosco, Familia Salesiana.
5.
¡CON LOS JÓVENES, PARA LOS JÓVENES!... en especial los más pobres
5.1. Y decimos ¡CON LOS JÓVENES! hermanos y
hermanas de nuestra Familia Salesiana, porque el punto de partida de nuestro hacer carne y sangre (ENCARNAR) el carisma
salesiano es el de ESTAR CON LOS
JÓVENES, un estar con ellos y entre ellos, encontrarlos en nuestra vida
cotidiana, conocer su mundo, amar su mundo, animarles en su ser protagonistas
de sus vidas, despertar su sentido de Dios, animarlos a vivir con metas altas,
a vivir la vida como la vivió el Señor Jesús.
5.2. Y decimos ¡CON LOS JÓVENES! queridos
hermanos y hermanas de nuestra Familia Salesiana porque si lo que llena nuestro
corazón desde la llamada vocacional del Señor Jesús, es la predilección
pastoral por los chicos y chicas, por los jóvenes, esto se manifestará en
nosotros, como en Don Bosco, en una verdadera ‘pasión’ buscando su bien,
poniendo en ello todas nuestras energías, todo el aliento y fuerza que
tengamos.
5.3. ¡PARA LOS JÓVENES!... EN ESPECIAL LOS MÁS
POBRES.
Me he permitido
decir en diversas ocasiones que cuando el Papa Francisco habla de ir a la periferia, dirigiéndose a toda la
Iglesia, a nosotros nos interpela de manera muy viva y directa porque nos está
pidiendo que estemos en la periferia, con
los jóvenes que están en la periferia, lejos de casi todo, excluidos, casi sin oportunidades.
Al mismo tiempo digo
que esta periferia es para nosotros
algo muy propio como Familia Salesiana, porque
la periferia es algo constitutivo de nuestro ADN salesiano. ¿Qué cosa fue
el Valdocco de Don Bosco sino una periferia de la gran ciudad? ¿Qué cosa fue
Mornese sino una periferia rural? Será necesario que nuestro examen de
conciencia personal y de Familia se confronte con esta fuerte llamada eclesial,
que es a su vez de la esencia del
Evangelio. Será necesario examinarnos acerca de nuestro estar con los
jóvenes y para ellos, especialmente para los últimos…, pero no será necesario
buscar nuestro norte, nuestra ‘estrella
polar en la navegación’ porque en los últimos, los más pobres, los que más
nos necesitan está lo más propio de nuestro ADN como carisma salesiano.
5.4. PORQUE
LOS JÓVENES, ESPECIALMENTE LOS MÁS POBRES, SON UN DON PARA NOSOTROS
Fue el Rector Mayor
don Juan E. Vecchi quien escribió que “los jóvenes pobres han sido y son
todavía un don para nosotros”.[10]
Y ciertamente no podemos pensar que Don Vecchi está defendiendo la pobreza,
pero es cierto, que si estamos con ellos y en medio de ellos, son ellos, son ellas, los primeros que nos
hacen el bien, que nos evangelizan que nos ayudan a vivir verdaderamente el
Evangelio desde lo más propio del carisma salesiano.
Me atrevo a decir,
como ya he manifestado en otra ocasión, que son los jóvenes, las jóvenes, y
especialmente quienes son más pobres y necesitados, quienes nos salvarán
ayudándonos a salir de nuestras rutinas, nuestras inercias y nuestros miedos, a
veces más preocupados en conservar las propias seguridades, que en tener el
corazón, el oído y la mente abierta a lo que el Espíritu nos pueda pedir.
6.
EN
EL BICENTENARIO DEL NACIMIENTO DE DON
BOSCO
En un
acontecimiento, como es el Bicentenario
del nacimiento de Don Bosco que nos lanza a todos a un camino de fidelidad
en esa misma llamada que él sintió, escuchó y que hizo vida.
En un año en el que
la fiesta por el don que es Don Bosco
para la Iglesia y para su Familia no nos dejará ensimismados, centrados en
nosotros mismos y en la autocomplacencia, sino que nos lanza, con más fuerza si
cabe, a la misión.
En un año en el que estamos
invitados a vivir y expresar nuestra celebración como verdadera familia.
7.
CON
MARÍA, LA MÁS INSIGNE COLABORADORA DEL ESPÍRITU SANTO
Concluyo teniendo
muy presentes las palabras del Papa San Juan Pablo II en la conclusión de la ya
citada carta, en la que nos invita a
tener siempre delante de nosotros a María Santísima, como la más insigne
colaboradora del Espíritu Santo.
El Papa nos invitaba
a mirar a María y a escucharla cuando dice “Haced lo que Él os diga”, evocando
el pasaje de las bodas de Caná (Jn 2,5).
En un hermoso
fragmento final el Papa dice, dirigiéndose a los sdb de ese momento, pero en un
contexto que es bien oportuno para toda nuestra Familia Salesiana hoy: “A Ella
os encomiendo y junto con vosotros, encomiendo todo el mundo de los jóvenes,
para que ellos, atraídos por Ella, animados y guiados puedan conseguir, con la
mediación de vuestra acción educativa, la estatura de hombres nuevos para un mundo nuevo: el mundo de
Cristo, Maestro y Señor”.[11]
Es tal la fuerza de
este deseo y de estas palabras que nos dedica el entonces Papa, que no creo que
se pueda decir nada más que el ¡Amén!, el así sea, contando con la Gracia que
nos viene del Señor, la intercesión de la Auxiliadora, y
el corazón de Buen Pastor de todos los miembros de nuestra Familia Salesiana.
Que el Señor nos
alcance su bendición.
Roma, 18 de junio de
2014
[1] MB III, pág. 616-617
[2] MB
XVIII 502-503
[3] Ibidem.
[4] Cfr. Carta de Identidad de la Familia
Salesiana, art. 5
[5] Cfr. Carta de Identidad de la Familia
Salesiana, art. 4
[6] Carta
del Sumo Pontífice Juan Pablo II en el centenario de la muerte de San
Juan Bosco, p.9
[7] Carta del
Sumo Pontífice…. p.9
[8] Cfr. Carta del Sumo Pontífice, p.1
[9] EG, 130
[10] ACG 359, p. 24
[11] Carta del Papa..., p. 36)